IBAGUÉ. Guillermo Riaño y Flor Eriza Hernández se conocieron hace 29 años y, desde ese momento, construyeron un amor fuerte y verdadero. Por eso ella con 67 años ‘encima’, hace todo el esfuerzo para cuidarlo, bañarlo y cambiarlo. “Hace 15 años una pérdida económica afectó su salud. El pasado 27 de octubre me tocó salir con él a las 3 de la madrugada pues no podía respirar, se me estaba ahogando”, le contó a Q´HUBO doña Flor. Después de nueve días en cuidados intensivos y otros más en recuperación, esta semana don Guillermo volvió a casa pero ya ni siquiera se sienta en su silla de ruedas y casi ni habla.
La pareja no tuvo hijos por lo que viven ‘solitos’ y los únicos ingresos que tienen corresponden al subsidio del adulto mayor que les llega cada dos meses.
“Hasta hace poco trabajé en casas de familia pero ya no puedo dejarlo solo. Los vecinos me dicen que lo lleve para un ancianato pues aveces me cortan los servicios (Luz y agua) y no tenemos para la comida, pero sólo la muerte nos va a separar”, puntualizó la señora.
